12.3.10

where is where



hoy es el turno de eija-liisa ahtila y voy a contarte una historia.

fue un largo viaje hacia el trabajo. antes que sonara mi despertador, salté temprano con la llamada de mi madre. noches antes había tenido un sueño estremecedor. no quiero verbalizarlo. la temprana mañana, observé, estaba cubierta de una espesa nube blanca. la luminosidad del paisaje era, sencillamente fascinante. extraño efecto climático, pensé.

en la carretera, camino a santiago, me perdí en un estado introspectivo de ensueño. el camino parecía no terminar nunca y mi madre no paraba de hablar. cuando me dejó en el metro entendí que el placer del ensueño continuaría un buen rato más. eran doce estaciones antes de llegar.

el extraño viaje, se convirtió en video clip cuando encendí mi ipod. subí por la estación del metro “moneda”, sonaba chopin y mientras la sinfonía nocturna embetunaba toda la escena, me encontré rodeada de una multitud diversa despidiendo a la primera presidenta mujer de este país. fue emocionante. llevaba días atragantada observando el fervor patriótico surgido los últimos días del post-terremoto/maremoto tragedia. pero esta extraña mañana, lo entendí (casi) todo.


tú imagen inquieta porque relatas historias a través de la imagen en movimiento y utilizando una narrativa fragmentaria. eres una especie de cuenta-cuentos acerca de la experiencia humana. y vas haciendo polvo el concepto pre-fabricado de la identidad, siempre bajo cuestionamiento. buceas el terreno de la fragilidad psicológica. allí donde el contexto pareciera ser determinante. y es también la utilización narrativa y visual que haces de la fragilidad, la que le otorga a tu obra, una particular humanidad.

en where is where eija-liisa ahtila cuenta cómo, nuestra manera de entender la historia colectiva incide en nuestra comprensión de lo real. la identidad se construye a través de la otredad. su trabajo está constantemente poniendo en duda lo que entendemos por real, introduciendo constantemente “accidentes” situacionales, que son, ni más ni menos, los que le otorgan su particular sello ahtila. poético por donde se mire, perturbador por donde quieras, porque plantea dudas, propone intersticios.

cuando me paré esa mañana -a esa hora, ya soleda-, frente al edificio presidencial de la moneda, dejándome llevar por un mar de gente y banderas chilenas, entonado entusiastas la canción nacional, despidiendo a aquella mujer, sentí el incontrolable deseo de ponerme a cantar.

no soporto el patriotismo, pero celebro la fragilidad.



acerca de la imagen: eija-liisa ahtila. the house, 2002