12.1.10

cuando la fe mueve montañas



adoro el vino. mejor dicho, adoro todo lo relacionado con el universo del vino. chile es un poco vino para mi. es mi padre quien se encarga de mi cava personal, y de otras tantas cosas más. mi padre es un poco vino para mi. dos copas han llegado a mi acompañadas de una especial sorpresa. el nuevo año ha comenzado con aires profundos y los sentimientos están allí erizando aquello que hace tiempo no se movía de esta manera. hay frases nuevas, y entre ellas, el yo confío*, es mi preferida.


y hay un tema de fe que recorre mis pensamientos mientras camino por el gran santiago, preferentemente a la hora de la caída del sol. la fe es importante. no es su mejor trabajo, pero cuando francis alÿs titula a su ya antigua intervención cuando la fe mueve montañas y veo de que se trata formalmente la acción que se desarrolla en un cerro para la bienal de lima, me interesa comprender el significado de lo que realmente se quiere poner en cuestión. me fascina el poder de la palabra y la capacidad poética de la imagen. pero debo decir que comencé el nuevo año desquiciada por la poesía de la palabra.


mi cama me espera. hay dos poderosas razones por las cuales ir. un debate político, en plena efervescencia por elecciones presidenciales y la película del chileno en nueva york que hace tiempo quería ver. pero en estos momentos, me haces falta y no puedo mas que pensar en la fe. evidentemente hablo de ello porque sé que de algua manera, la he perdido. es triste no poder luchar en condiciones normales. estoy un tanto paralizada por no saber a donde nos llevará todo ésto. y me siento cansada de mucho. escribir o morir, es el nombre de la poesía de esta noche.


tú eres la que flotaba en alguno de mis textos. yo flotaba a tu lado. visualizo esa imagen imperiosamente. como en el trabajo de alÿs, relevante entre tú y yo siempre, ha sido el gesto. hace unos minutos atrás, he movido la mesa donde escribo de lugar, solo unos centímetros, pero ello me ha permitido ahora, disfrutar de una vista sublime del skyline santiaguino. un solo gesto y la perspectiva cambia. imagina tú, hasta donde puede cambiar. si eso no es relevante, que alguien lo indique entonces. para mi lo nuestro ha sido un cúmulo inter-galáctico de gestos. y quiero confiar.


hay muchos cerros por aquí, estamos rodeados. bernardita ante mi fascinante conexión con los cerros en este viaje, me comentó el poder místico de aquella geografía. quiero más misticismo.


una noche de verano, regresaba de un viaje de semanas. corrí a mi bar de siempre, lo extrañaba. aquella noche, al entrar, sentí tu mirada. tu cara me sonó conocida, y caminé segura esperando presentarme. nunca más nos separamos. la mirada también ha sido relevante en esta historia. de gesto, de mirada, de fe, de movimiento, de trabajo en equipo, de imagen, de cerros y de poesía, está escrito nuestro camino, igual que si se tratase de un francis alÿs. y como él, también fuimos trabajando con el error.


confío en que estarás de regreso a mi. confío en volver a sentir tu mirada. confío, porque sencillamente quiero hacerlo. los cerros poseen la capacidad de hacernos mirar desde lejos, nos proporcionan distancia. imponen magnitud y derrochan belleza. son poesía.


cuando la fe mueve montañas mi querida paula, es en lo que pienso constantemente, y tú como nadie sabe como me gusta mezclar mis historias personales con mis intereses. gracias por hacerme confiar. y gracias a ti por la poesía. bebo una copa de vino por ustedes. y muy especialmente esta noche, por ti.